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jueves, 15 de febrero de 2018

ALBA Movimientos: Alertas en defensa de la Revolución bolivariana y la Paz de Nuestra América

              Venezuela está sufriendo el más gigantesco ataque imperialista que país alguno haya podido soportar en lo que va del siglo. Todos los métodos de presión e intervencionismo son utilizados para doblegar la decisión del bravo pueblo y de su gobierno revolucionario e intentar volver a quebrar el hilo constitucional como en 2002, pero esta vez con el aditamento de una amenaza de invasión militar, con el sostén descarado e impune de algunos gobiernos latinoamericanos y no pocos europeos que pagan el diezmo en Washington.
Hay múltiples elementos que coadyuvarían a armar un inminente tinglado intervencionista a partir de la toma de decisión del gobierno estadounidense de apurar la caída del gobierno de Nicolás Maduro. Primero, hace unos meses el vocero fue el vicepresidente Mike Pence quien recorrió el continente visitando presidentes “amigos” para ordenarles apretar las tuercas del bloque económico. No le fue como esperaba pero dejó la semilla que hace pocos días, intentó volver a sembrar el canciller Rex Tillerson.

Esta vez la propuesta de aumentar la beligerancia contra el “dictador” Maduro fue ampliamente comprada por dos puntales del equipo neoliberal más agresivo. Tanto Macri- principal titere orgulloso del imperio , como el perrito faldero Santos- quien sigue sin hacer nada ante el asesinato de más de 250 líderes y lideresas sociales desde la firma del acuerdo con las FARC en 2016 , se subieron al portaaviones made in USA y prometieron ser de los primeros en la embestida que Washington resuelva.
A esto hay que sumarle un acumulado de gestos indicativos del peligro en ciernes. A saber: las declaraciones del subsecretario de Estado para Latinoamérica y el Caribe, Francisco Palmieri, ofreciendo ayuda a Colombia y Brasil debido “a la gigantesca y continua migración venezolana hacia ambos territorios”. Palmieri utiliza allí, el sesgo intervencionista “humanitario”, el mismo en que viene insistiendo el cadete de la CIA, Luis Almagro o su cómplice peruano Kuzinsky, uno de los impulsores de esa mafia presidencial autodenominada Grupo de Lima. En esa misma sintonía Macri dio luz verde para que los estudiantes venezolanos “que vengan a Argentina huyendo del caos dictatorial no sufran más sinsabores”, y por lo tanto, a diferencia de quienes provienen de otros países, se les legalizará de inmediato su situación educativa. La maniobra, como se ve, es demostrar que “la dictadura venezolana” no da para más. Algo muy similar a lo que durante años Estados Unidos intentó con Cuba y hace muy poco con Siria. Que se resume en la frase: “hago la vida imposible, obligo a tu gente a emigrar, los recibo con los brazos abiertos y luego te invado humanitariamente”. Para completar, militarmente también hay datos inquietantes: la presencia del Comandante del Comando Sur en Colombia, el movimiento de tropas en la frontera amazónica de Brasil y Colombia, otra vez con la excusa migratoria venezolana. El punto central de confluencia de estos aprestos es la base móvil brasileña de Tabatinga, que fuera inaugurada en noviembre pasado con los ejercicios militares conjuntos de EE.UU, Brasil, Colombia y Perú, en que se practicaron simulacros de invasión “a un país bajo dominio comunista”. Como en las viejas épocas.
En lo que hace al plano interno, una oposición sin ningún tipo de autonomía cumplió con la orden de los emisarios de Trump de retirarse de la mesa de negociaciones de Dominicana, y apoyan sin vergüenza el aumento de la escalada de bloqueo y guerra económica impuesta por Washington. Sabiendo que desde el punto de vista electoral tienen la batalla perdida, los jefes de la MUD se inclinan, por un lado a actuar como lacayos del imperio, y por el otro a dejar abierta la puerta de nuevos intentos de ataques terroristas. Una modalidad que la derecha pro-norteamericana está empezando a ensayar también en Bolivia.
Frente a la gravedad de la situación, se impone que el pueblo venezolano se prepare para repetir la proeza victoriosa del pasado 31 de julio. Sin una sola duda, todos y todas convencidas de que en abril llega la segunda parte de la madre de todas las batallas, y que a diferencia de la encarada por Estados Unidos para masacrar al pueblo iraquí en 1991, esta será para ratificar una vez más que la Revolución es necesaria no solo para asegurar la paz en Venezuela sino para atizar el fuego de la rebeldía continental y mundial. No, esta no será una elección más de todas las que el chavismo ha ganado, sino que respaldando unitariamente a Maduro se puede propinar una soberana patada en el trasero a quienes están intentando que nuestros pueblos, todos ellos, regresen a la Edad Media.
Desde ALBA Movimientos expresamos la necesidad de rodear a Venezuela Bolivariana de la más total solidaridad, y convocamos a todas las organizaciones que hacen parte de esta articulación a estar en alerta permanente y agitar en cada uno de nuestros países la consigna de apoyar la realización de los comicios de abril próximo, como única garantía de lograr una paz duradera.
Proclamamos nuestro apoyo a la Asamblea Nacional Constituyente, a las elecciones próximas del 22 de abril y reelección del presidente Nicolás Maduro líder, obrero, chavista y  leal a los pueblos del mundo. Rechazamos los ataques que descargan sobre su figura y el proceso revolucionario los gobiernos cipayos del continente.
Condenamos el accionar de la Organización de Estados Americanos por su accionar, abiertamente en favor de los intereses imperialistas, antidemocráticos y belicistas como también denunciamos al llamado “Grupo de Lima” que no es más que un club de póker de los más corruptos y recalcitrantes personajes del continente, preocupados en utilizar a Venezuela como señuelo internacional para tapar los problemas y las injusticias de sus propios gobiernos. *¡NO A LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA! CHÁVEZ VIVE, ¡VENEZUELA BOLIVARIANA VENCERÁ!  ALBA MOVIMIENTOS

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